Las “Almas” de Sandra Garip

Las “Almas” de Sandra Garip

Veinticuatro rostros. Pequeña muestra y gran exposición, las fotografías de Sandra Garip en el Centro de la Imagen, que podemos ver o volver a disfrutar hasta fines de abril

Las fotografías de Sandra Garip son de las que se notan y se miran con una particular atención en una exposición colectiva…. Antes de que se le identifiquen por su nombre.

Su dominio del color, vibrante, contrastado de luz a sombra, su animación de los espacios, que reine la simetría, la asimetría o la diseminación en la superficie, su captación de las fisionomías, aparte de otras cualidades, la distinguen…

Su presente individual en el Centro de la Imagen –que podemos ver o volver a disfrutar hasta fines de abril- , suscitó comentarios elogiosos, numerosos y unánimes, desde que se inauguró.

Veinticuatro obras solamente, todas del mismo formato -18 x 13,5 pulgadas-, todas rostros: es y será la gran exposición personal, si no del año, del primer semestre 2021.

La sorpresa empieza por el título, “Almas”, escrito a mano por Sandra con soltura y ligereza. No podemos evitar una interrogante, “alma”… ¿en el sentido común, sicológico, bíblico? Por tanto, el alma se opone al cuerpo y es immaterial…¿cómo fotografiarla, excepto si se entiende como una metáfora, una imagen de la espiritualidad? Ciertamente lo es, pero su encanto asciende a mucho más.

Sandra Garip, dentro de sus “retratos callejeros”, ha retratado rostros que se apoderan del espacio, a veces incluyendo una(s) mano(s), ensombrerados o no, implantados en un torso naciente… Su origen “cultural” puede enarbolar una bufanda o succionar un cigarro…
Estos modelos anónimos han sido capturados en tres países: Cuba, Perú, República Dominicana.

Y no se trata de una tipología nacional, étnica o mestiza, aunque la hay, pero no la vemos como objetivo esencial.

Por segunda vez, en estos días –siendo la primera motivada por un ensayo- recordamos la famosa exposición, curada y comentada por John Szarkowsky, “Mirrors and windows”, o sea “espejos y ventanas”.

Nos preguntamos si las fotos de Sandra Garip son “ventanas”, o sea imágenes documentales de una realidad, vista desde la cámara a modo de reportaje. Por cierto, anteriormente, Sandra ha hecho casi un documento fotográfico… de nativos del Perú.

Ciertamente, aquí y adrede no son documento.. Entonces, las calificamos más como “espejos”, frutos de la emotividad y la sensibilidad de la artista.

A través de estas almas, ella nos revela “su” alma, el sentimiento propio que necesariamente ella comunica a los modelos encontrados, fortuitos y callejeros. Con ellos y por ellos, ella retrata su “yo profundo”, su conmoción ante expresiones y mímicas, rasgos y arrugas.

Ahora bien, la interpretación se torna más compleja. Sandra ha retratado a ciudadanos cubanos, peruanos, dominicanos, oriundos de sus realidades respectivas, cual una verdadera iconografía. Y cada uno(a) refleja su alma… y también la que nosotros le atribuimos.

Si bien es cierto que en cada rostro leemos dignidad, nobleza aún, a menudo orgullo y decisión -cuando no pobreza, senectud, abandono-, el retrato refleja su país, y/o las características que le atribuimos, según nuestros juicios y prejuicios…

Nos atreveríamos a decir que las “Almas” de Sandra Garip transmiten el alma en tres niveles: el alma de la fotógrafa, el alma de los fotografiados, el alma de los espectadores.

Esta pluralidad es parte de la riqueza de una magnífica exposición, que reúne estética y técnica, refinamiento y naturalidad, originalidad y atractivo, para quienes fascinados miran incansablemente a cada uno de los 24 héroes y heroínas, cotidianos y callejeros.

Exposiciones como esta justifican que, hoy por hoy, la fotografía encabece las artes visuales dominicanas.

La frase

Hago fotos para mi disfrute, aunque confieso que me satisface más si logro provocar alguna emoción a quienes ven mis imágenes”, dice Sandra Garip.

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